Circle of Animals/Zodiac Heads trata en formato de arte público valores históricos frecuentemente contradictorios como la identidad y la apropiación, la esencia del objeto y la reproducción.
Es Ai Wei-Wei, o el arte del conflicto cultural.
Si hay un término que hoy ronda constantemente en la órbita de la imagen instantánea, accesible y consumible es el fake.
Equiparados a objetos de producción masiva a través de un perfil, ya podemos competir en aquello de permanecer como copias sin original, disfrutando de cierta inmortalidad ante el escrutinio social: lo que ser, significar, aparentar, poseer.
En el mundo del arte, miles de obras representativas de valores o símbolos de un momento determinado, miles, han sido desplazadas, sustituidas o reubicadas, ya sin cordón umbilical, mas como reliquias o como placebo.
Diseñada en el siglo xviii por dos artistas europeos al servicio del emperador Qianlong, las doce cabezas del zodiaco animal se ubicaban originalmente en el Antiguo palacio de verano o Yuanming Yuan, un singular reloj de agua destinado al privilegiado enclave de los jardines de estilo afrancesado.
Durante la guerra del Opio, el palacio fue arrasado por tropas francesas y británicas y las cabezas, junto a otras piezas y objetos, fueron saqueadas.
Apropiación, expolio y las posibilidades de copia y retorno forman parte de la historia del arte universal, igual que el fetichismo y la superstición.
Ai Wei-Wei resalta el interés de este fenómeno gracias a una interpretación a gran escala de las cabezas de animal y una expedición alrededor del mundo con guardianes, que no usurpadores.
