La mujer como único escudo real para proteger a la humanidad. Con esta clara creencia, Julien Fournié vuelve a ensalzar a través de su próxima colección los valores femeninos apostando por una feminización de los códigos militares. Un verdadero canto a la feminidad al que el diseñador ha bautizado como first Shield.
El modisto Julien Fournié es un firme y claro defensor de que la mujer es la única que puede conseguir la salvación de la humanidad. Cree de manera férrea en su poder, su fuerza, su diplomacia, su transformación y, sobre todo, en su capacidad de resiliencia.
Lo cree y lo expresa de la mejor manera que sabe hacerlo: a través de piezas de alta costura que, combinadas a la perfección, se convierten en el discurso perfecto con el que dirigirse a esas nuevas generaciones a las que llama a resistir a las falsas tendencias a través de la elegancia y la creatividad.
Julien Fournié ha alumbrado, para la próxima temporada otoño-invierno, una colección basada en los códigos militares. para ello, no ha dudado en suavizarlos y feminizarlos a través de un cuerpo, el femenino, que luce como nadie piezas propias del vestuario masculino, en general, y militar, en particular. Juega con prendas extremadamente masculinas, como el esmoquin, al que fournié no duda en convertir a través de los bordados en un delicado y elegante vestido de noche, y combina magistralmente cinturones de forraje, arneses y diferentes signos de pompa militar, a los que adorna
con las estrellas propias de los uniformes militares, transformadas en preciosos bordados con los que hace únicos chaquetas y vestidos de noche. Los bordados atacan literalmente, ganando terreno e invadiendo tejidos preciosos. Ocurre, así, una auténtica batalla de brillos entre el elaborado y delicado tejido de seda y el lurex devorado por los bordados. En otras piezas, la «cannetille», un hilo metálico, adorna el cuello de las chaquetas oversize de dupioni de seda, terciopelo o raso.
El diseñador parisino apuesta por los adornos de seda trenzada y baña las austeras hombreras de los oficiales con nuevos colores; las borlas reemplazan las medallas y las estrellas de las gorras pasan a salpicar los vestidos de quienes Fournié considera los verdaderos defensores del género humano: las mujeres.
En esta amalgama de elementos, Julien Fournié no niega ninguna inspiración, ni geográfica ni histórica. Buena prueba de ellos son los cierres de los uniformes del siglo xix, la vestimenta propia de los samuráis, los trajes de los soldados de guerra del siglo xx, las chaquetas de montar o las crinolinas de los hombres. Todo tiene sentido para Fournié. Todo tiene cabida en su concepto de moda.
Caqui, azul laguna, oro rosa, violeta o rojo son las tonalidades que componen la palete de color de Fournié para la próxima temporada. Una paleta en la que el negro sigue teniendo, por supuesto, su espacio. El diseñador también apuesta por tonalidades tratadas en degradado y, por supuesto, por los brillos tan característicos del lurex.
Julien Fournié realiza un auténtico canto a la feminidad a través de una colección convertida en un canto a la autenticidad en la que todas y cada una de las delicadas piezas que la componen están llamadas a recordarle a la humanidad que solo estamos hechos de polvo de estrellas.
