Iris Apfel, rara avis de la moda
Diseñadora e icono del estilo americano, Iris Apfel falleció el 1 de marzo 2024 en su casa de Palm Beach, Florida. La influencer mas veterana tenía 102 años.
Fue una vitalista iconoclasta que rompió todas las reglas con un gusto increíblemente ecléctico. Su ropa no son simples conjuntos sino cuadros vivientes. Cada día salía de casa vestida como la viva imagen de la alegría.
Su hipnótico atractivo fue descubierto gracias a una exposición de su colección de moda en el Metropolitan Museum de Nueva York (2005) organizada por el Costume Institute: Iris Apfel: Rara Avis. En 2007 tuvo otra muestra en el Norton Museum de Palm Beach.
Desde entonces, no han quitado sus ojos de ella las marcas de moda y las revistas.
Pionera en el arte de combinar piezas de mercadillo con prendas de firma, en su fondo de armario conviven tesoros de Dior, Lanvin y Versace con étnicos collares africanos.
Nos dió lecciones de cómo vestir y de cómo vivir. Sus 102 años son una clase magistral de moda y psicología positiva.
Su gran optimismo es imposible de ignorar viendo su vestuario: abrigo de plumas de pato con puntas doradas rematado con collar de piedras color turquesa, túnica de seda india bordada y pantalones de ante con flecos, botas de raso fucsia y capa de tul amarillo plátano. Brazaletes étnicos apilados hasta el codo, barra de labios brillante como mermelada de albaricoque y esos delicados nudillos con forma de pájaro cubiertos con llamativos anillos.
Iris Apfel fue el vivo retrato de la alegría:
La vida es gris y aburrida. También podrías divertirte un poco disfrazándote.
Había pureza en ella a pesar del caos arcoíris de su guardarropa y la cacofonía de las gemas del tamaño de un huevo, que tintineaban mientras caminaba. Tenía un gusto increíble, pero ni pizca de esnobismo.
Iris vistió alta costura de Dior con joyas de mercadillo, portó un abrigo vintage de Balenciaga sobre una camiseta de Mickey Mouse y mezcló vestimentas eclesiásticas del siglo XIX con Topshop.
Hay que conocer bien las reglas del estilo para poder romperlas con gracia y ella lo hizo.
Con atuendos estrafalarios comprados en el zoco, sombra de ojos azul hielo y labios rojo rubí, el rostro familiar de Iris Apfel aparecía en primera línea de los desfiles y brillaba en portadas de los quioscos con sus trajes verde pimiento, abrigos frambuesa, boas de plumas turquesa y su fiel bastón.
Me conservo joven pensando joven. Soy la adolescente más vieja del mundo.
Iris nació en Queens (Nueva York) en 1921, con abuelos judíos rusos. Fue hija única de una madre con una boutique de moda y un padre con negocio de importación.
Soy una niña de la Gran Depresión, no teníamos mucho dinero. Nadie lo tenía. Cuando conseguías un poco, aprendías a gastarlo sabiamente.
Iris se casó con Carl Apfel quien orientó sus pasos profesionales hacia el mundo del interiorismo. Ambos crearon la empresa Old World Weavers de telas tejidas a mano, viajaron por todo el mundo y se convirtieron en decoradores de éxito.
Apfel se ganó apodos como “Busy Bee” (Abeja laboriosa) y «Primera Dama de la Tela». Decoró para Greta Garbo, Estée Lauder, Faye Dunaway, Tommy Hilfiger y a nueve presidentes en la Casa Blanca: Truman, Nixon, Bill Clinton…
Era una verdadera esteta, una experta textil profundamente respetada. Iris abandonó la firma para jubilarse con 72 años. Entonces empezó su época mas fascinante.
Diseñó moda, accesorios, cosméticos y joyas. Su éxito se plasmó en varias campañas. Con 91 años, se convirtió en imagen de cosméticos MAC. También posó para la firma Other Stories y la línea de joyas Rara Avis.
Una mujer puede ser guapa a cualquier edad. La mujer de hoy no quiere parecer más joven, quiere parecer lo que es.
Modeló para Vogue con 96 años y consiguió un contrato de modelo con IMG. Mattel fabricó una Barbie de pelo plateado con su nombre.
En 2014 NETFLIX estrenó un documental sobre ella, Iris, obra de Albert Maysles, el mítico director de Grey Gardens.
Estoy muy emocionada y encantada. Hablan de mí como si hubiera inventado la penicilina.
Soy una adicta total al trabajo, pero ni en mis sueños más locos pensé que sería una chica de portada a mis noventa años.
En 2018 publicó su libro “Icono accidental, Reflexiones de una estrella geriátrica”.
Iris, jovial como pocas, disfrutó de una inesperada efervescencia de publicidad:
De pronto me he convertido en una estrella. Mi marido y yo nos reímos mucho. He hecho esto toda mi vida y ahora me encuentro con montones de revistas que escriben sobre mí. ¡Pero no he hecho nada distinto durante los últimos 70 años!
Había sabiduría detrás de sus redondas gafas de búho.
Lo que tienes que hacer es vivir el presente, que es lo que siempre he hecho.
No me gusta lo moderno. Las tendencias vienen y van. Me gusta la ropa atemporal, lo simple, lo que puedes llevar mucho tiempo, aunque ahora todo es usar y tirar.
En 2023 diseñó su primera colección de alfombras.
Coleccionista infatigable, enamorada de cazar y conservar, se confesó alérgica a las nuevas tecnologías:
Cualquiera que me quiera, puede encontrarme por teléfono. Internet y los móviles hacen torpe y aburrida a la gente joven. Ya no saben cómo hablarse.
Desde que el Metropolitan Museum de Nueva York la descubrió, esta “Rara Avis”, se convirtió en estrella mediática y emblema del mundo de la moda a nivel mundial.
La esencia del genio de Iris, como los grandes cineastas, es el arte de la puesta en escena. Su estilo estrafalario exclusivo, expresa curiosidad y sentido del humor. Lo importante no es la fiesta, sino vestirse para asistir.
Su lema:
Más es más y menos es un aburrimiento.
Su vida celebra el individualismo y la expresión personal. Es símbolo de saber envejecer con estilo y confianza. Sus 102 años son testimonio del fascinante poder energizante de la moda.
Sólo tienes un viaje. Mas vale que lo disfrutes a tope.
