Bruno Munari. El Peter Pan del diseño
Picasso describió a Bruno Munari como «un Leonardo de nuestro tiempo». La fantasía y el juego son inseparables en la obra de una de las figuras principales del diseño y la comunicación visual del siglo XX.
Bruno Munari nació en Milán, (1907-1998) pero pasó su infancia en la región italiana de Veneto. Con 18 años, regresó a Milán para trabajar con su tío y comenzó a seguir el movimiento Futurista liderado por Filippo Tommaso Marinett.
Trabajó como diseñador gráfico con Riccardo Castagnedi y para Mondadori, así como para las revistas Tempo y Grazia.
Creó collages publicitarios, esculturas y obras abstracto-geométricas. Siempre tuvo pasión por la escritura y la publicación.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Munari se desilusionó con el Futurismo italiano debido a sus tonos fascistas y decidió desvincularse de ellos.
En 1948, junto con Gillo Dorfles, Gianni Monnet y Atanasio Soldati fundaron el Movimento Arte Concreta (MAC).
Munari desarrolló un estilo fuerte y lúdico, alejado de influencias del Futurismo y el Constructivismo. Creó un estilo verdaderamente modernista mostrándose escéptico ante las ideas futuristas.
Su enfoque se centra en explorar nuevos materiales y a veces desafiando a la lógica, con un estilo más narrativo.
El italiano se movió con libertad entre disciplinas y lenguajes artísticos, lúdicos y literarios. El artista cambió el diseño y la comunicación visual en el siglo XX.
Uno de sus principales trabajos fue como diseñador de muebles. Creó numerosas lámparas, televisores, máquinas de café espresso, juguetes y ceniceros, entre otros muchos objetos.
Algunos de sus diseños de muebles y productos más destacados son:
- Silla para visitas breves (Sedia per Visite Brevissime) diseñada originalmente en 1945, pero realizada por Zanotta en 1988;
- Lámpara Acona Biconbi para Danese (1961), que surge de un proyecto escultórico de fácil realización;
- Cubo bar para Stildomus (1962);
- Luminaria colgante Falkland para Danese (1964);
- Mueble cama y estantería Abitacolo para Robots (1971);
- Carro Biplano para Robots (1972).
Munari buscó la esencia del arte y el diseño en el equilibrio entre el rigor y la levedad, sirviéndose siempre del juego, el humor y la ironía.
Bruno Munari se interesó cada vez más por el diseño, la publicación de libros infantiles y el diseño de juguetes. Desde joven, creó y dibujó libros para niños.
A menudo usaba superficies con texturas y táctiles, y recortables para facilitar la enseñanza a través del tacto, el movimiento y el color, utilizando técnicas innovadoras del aprendizaje cinestésico.
En sus propias palabras:
«Conservar el espíritu de la infancia a lo largo de la vida significa conservar la curiosidad por aprender, el placer por comprender y el deseo de comunicar»
Los inicios artísticos de Murani coincidieron con la segunda generación del Futurismo italiano (aunque después se alejaría de ellos), para dar después un giro hacia la Abstracción.
Culminó con la realización de sus «máquinas inútiles«, toda una definición de lo que es la obra de arte en la modernidad.
Su interés por el dinamismo de las formas le llevó a investigar con tecnologías recién inventadas como la fotocopiadora, y a derrochar su ingenio poético en obras como los «Fossili del 2000» (Fósiles del 2000), los «Forchette parlanti» (Tenedores parlantes) y los «Libri illeggibili» (Libros ilegibles).
Munari se confirmó como una especie de «inventor» de formas, innovando con su idea general de proyecto que aunaba arte y diseño, gráfica y práctica cromática y, a partir de los años 70, con enseñanza creativa y pedagogía. Su capacidad para jugar en diferentes disciplinas hace que su figura siga siendo muy actual.
Como diseñador gráfico y editorial, fue consultor de grandes empresas italianas como Mondadori, Einaudi, Montedison y Olivetti. Fue el alma de la marca Danese. Les diseñó piezas como el cenicero Cubo que forman parte de la historia del diseño mundial.
Desde la década de 1960 perfeccionó su «Método Munari» que hoy sigue gozando de gran éxito.
Propuso a Olivetti una exposición itinerante basada en la modernísima idea de «Programación» a la que se unió toda una generación de artistas, titulada Arte Programmata.
Su obra puede entenderse como un brillante y continuado ejercicio para que nos fijemos en todo aquello que está ante nuestros ojos y con frecuencia no vemos.
Con su paradoja afirmó “He tratado de comunicar lo que los demás no ven: un arco iris de perfil, por ejemplo”. Lo hizo visible en el aire organizando una lluvia de papel sobre la plaza de una pequeña ciudad italiana en 1969, lo que definió como “la lentísima explosión de una semilla”.
La Fundación Juan March presenta la primera retrospectiva en España dedicada a este artista multidisciplinar.
La exposición tuvo una inauguración con números de ilusionismo del mago Miguel Ángel Galea, tratando de homenajear el componente de fantasía que siempre estuvo presente en las “invenciones” de Murani.
Se estrenó, en Filmin y en Canal March, el video ensayo “Bruno Munari, la magia del arte”, con un recorrido por los aspectos más originales de la obra del artista: el juego, el humor y la ironía.
Con una mirada única fue creador de una amplísima obra que incluye pinturas, dibujos, esculturas, muebles, proyecciones, juegos de luz, piezas de diseño gráfico e industrial, ejercicios tipográficos, libros infantiles, juguetes y fotografías.
La selección de 300 obras está organizada en secciones construidas en torno a los conceptos esenciales en su trabajo: el tiempo, el método, la levedad, la experimentación y la contemplación.
La muestra está dividida en partes con títulos que aluden a los procesos de pensamiento del artista: «Ser en el tiempo«; «De las dos a las tres y a las cuatro dimensiones«; «Método como método«; «Superar el límite«; «Anular el tiempo«; y «Descubrir el mundo«.
Munari explicó lo que él llamó su «método»:
«El secreto consiste en que yo parto siempre de la técnica, no del arte. Si partes de aquí, sabes hasta dónde puedes llegar»
La muestra incluye pinturas, dibujos y esculturas, revistas objetos, piezas de diseño, películas experimentales, acciones, ensayos lumínicos, proyecciones, juegos de luz, objetos y elementos de diseño gráfico e industrial, diseños publicitarios, editoriales, ediciones, ejercicios tipográficos, escritos teóricos, libros de artista, libros infantiles, propuestas pedagógicas, obras efímeras, textos y fotografías.
También, presenta uno de sus célebres «laboratorios«, inventados por el artista para fomentar la creatividad a través del juego.
Está basado en su propio método pedagógico (también creado por Munari), especialmente producido para esta exposición y dirigido por maestros formados en dicho método. Se le dedica un gran espacio independiente, donde niños y jóvenes convivirán con las piezas del gran Alfabeto Lucini, letras creadas por el artista a partir de materiales diversos.
El catálogo de la muestra contiene diez ensayos de expertos encabezados por el ensayo “Munari+Munari+Munari+Munari” que firma el comisario invitado, Marco Meneguzzo, con biografía y abundante bibliografía.
El artista multidisciplinar tocó casi todos los palos. Con gran ironía, él mismo tituló una de sus exposiciones “Muestra colectiva de Bruno Munari” pues incluía pinturas, dibujos y esculturas (obras de dos y tres dimensiones, como el artista solía llamarlas), proyecciones, juegos de luz, ejercicios tipográficos y libros infantiles, entre otros.
La presente exposición itinerante abarca desde sus primeros trabajos de diseño gráfico, vinculados al Futurismo, hasta sus últimas experimentaciones en los años noventa.
- 2 marzo 2023 ~ 11 junio 2023
- Museo de Arte Abstracto Español, Cuenca.
