La elegancia funcional de Alexandre Vauthier.
Fiel a su deseo de vestir a la mujer de forma impecable, Alexandre Vauthier apuesta por una colección en la que elegancia y funcionalidad caminan de la mano.
Cuando la elegancia y la funcionalidad se dan la mano, emergen los diseños firmados por un Alexandre Vauthier más puro que nunca.
Capaz de dibujar a una mujer lista para triunfar sin perder un ápice de sensualidad y sofisticación, Vauthier apuesta por que la mujer no tenga que decidir entre ir elegante o sexy, sino que disponga de combinaciones que se alcen como mezcla perfecta de unos atributos sumamente deseados por el universo femenino.
Alexandre Vauthier esboza creaciones donde la elegancia se convierte en pegamento perfecto de todas y cada una de las puntadas que dan forma a las prendas con las que el diseñador de origen francés nos invita a llenar nuestros armarios durante la temporada primavera-verano de 2020. Una elegancia de formas perfectas nacida de las manos de alguien que, a pesar de que nunca quiso ser diseñador, hoy se ha convertido en imprescindible del mundo de la alta costura.
Con sus creaciones, Vauthier muestra sus deseos de vestir a una mujer con las ideas muy claras, con unas metas muy marcadas y con una valentía con la que avanzar en la vida. Una mujer que apuesta por líneas rectas, llenas de elegancia y sobriedad que no le restan ni un ápice de sensualidad a sus movimientos. Una mujer que busca crear momentos únicos e irrepetibles que atesorar en lo más profundo de su ser.
Alexandre Vauthier imagina a una mujer que encuentra en el corte masculino una manera distinta de seducir y sentirse segura. Una mujer que escoge trajes de corte clásico a los que incorpora sugerentes escotes a través de los que muestra su lado más pícaro y femenino; una mujer que sabe cambiar de registro y dejar atrás su lado más serio apostando por vestidos realizados a partir de los materiales más delicados.
Vauthier busca llenar las tardes de primavera de combinaciones que, ante todo, respeten el cuerpo femenino. El diseñador nos invita a dejarnos seducir por pantalones con algo de campana; faldas lápiz que, como un guante, abrazan el cuerpo de la mujer; vestidos vaporosos con los que sentirse libre. Piezas nacidas para esas noches estivales llenas de lujuria y pasión.
En cuanto a la paleta de color, Alexandre Vauthier apuesta sobre seguro y se deja enamorar por colores sobrios y elegantes con los que acertar siempre: blancos roto, rosas delicados y negros brillantes darán sentido a combinaciones de proporciones perfectas y cargadas de equilibrio. Volantes y cuadros que aportan ese toque vintage tan de moda; drapeados que envuelven una silueta casi de diosa; volúmenes con los que volar y cortes que se empeñan en resaltar unas ansias desmedidas de seducir y dejarse seducir.
Y es que ¿quién puede resistirse a la aguja de alguien que busca transmitir en cada colección la emoción de las mujeres que usan sus creaciones? Un objetivo olvidado para muchos virtuosos del patronaje más moderno, pero que Vauthier, sin vacilar, ha sabido convertir en máxima indiscutible cada temporada y que es, sin duda alguna, su mejor carta de presentación y su principal valor añadido en unos instantes en los que el mundo de la moda parece haber olvidado que las prendas diseñadas en un taller deben ser capaces de mostrar la esencia más pura de quien los lleva. Sin duda, un desafío clave que solo unos pocos serán capaces de conseguir.
