Eduardo Chillida

San Sebastián

Maria de Juan

Eduardo Chillida, hierro, fuego, tierra y viento

Eduardo Chillida es uno de los escultores más influyentes del siglo XX, comparable a Brancusi, Calder y Giacometti. Apasionado del hierro, aliado del fuego, la tierra y el viento.

Su mejor herramienta fue la sencillez que trasmutó en magia esculpida con sus manos.

Una infancia feliz junto al mar marcó su intima relación con el paisaje. De niño se hipnotizaba viendo romper las olas donde, ya adulto, colocó su inmensa y famosa escultura “Peine del viento”. Fue su personal homenaje a la ciudad que le vió nacer, vivir y morir.

Eduardo Chillida

Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) fue hijo de la soprano Carmen Juantegui. Fue jugador profesional de fútbol. Estudió arquitectura en Madrid, abandonando la carrera para formarse en escultura y dibujo en el Círculo de Bellas Artes. Su cambio vocacional respondió a un proceso de maduración intelectual.

«La arquitectura es una creación artística para dar respuestas a las necesidades del hombre. La escultura no da respuestas sino que indaga lo desconocido».

Siempre visionó los principios arquitectónicos y se autodenominó “Arquitecto del vacío”.

Becado en París (1948), realizó sus primeras esculturas figurativas influenciadas por tallas griegas clásicas del Museo del Louvre. Fueron años cruciales de aprendizaje y experimentación.

Expuso en el Salon de Mai y en Galerie Maeght junto a genios como Chagall, Miró, Calder y Giacometti.

Eduardo Chillida

En 1950 se casó con su amor de adolescencia, Pilar Belzunce, nacida en Filipinas, con quien tendría ocho hijos y una profunda comunión de almas. Ella fue quien le animó a dejar la carrera de arquitectura y dedicarse a la creación.

En Paris tuvo una profunda crisis creativa y trató de destruir todas sus obras. Pilar le animó a reinventarse y a buscar un espacio dónde guardarlas. Siempre conservó todas sus creaciones: dibujos, maquetas, bocetos…

Su crisis le hizo regresar de Paris al País Vasco donde se reencontró con sus raíces. Allí, en una fragua de Hernani, descubrió su pasión por el hierro y formó su estilo personal.

Su obra tiene intimas conexiones con las profundas raíces de la cultura vasca. Su primera escultura abstracta, reinterpreta las estelas funerarias de su tierra.

Creó un lenguaje único basado en la indagación, como un viaje intuitivo hacia los misterios de la vida. Su inquietud filosófica le llevó a inspirarse en la naturaleza, la música y el universo.

Con las puertas para la Basílica de Aránzazu inició su primera obra pública. Sus piezas monumentales evocan valores universales como tolerancia o libertad.

Eduardo Chillida viajó con frecuencia a París, donde estableció un vínculo clave con Aimé Maeght.

Eduardo Chillida

Se consideraba un especialista en preguntas. Siempre le daba vueltas a todo, con preguntas como: ¿por qué las ramas de los árboles crecen así? ¿por qué el movimiento del agua y las olas?… Su trabajo, se basaba en preguntas y en sus obras ensayaba las respuestas.

«Nada ha hecho más por la cultura que el deseo de saber del que no sabe»

Fue un creador genial y dubitativo.

«Mi vida consiste en hacer siempre lo que no sé hacer, porque lo que sé hacer ya lo he hecho… toda mi vida pasa por los verbos buscar, dudar y preguntar».

Gran lector, tuvo en la poesía uno de sus faros y buscó la complicidad de poetas como San Juan de la Cruz, José Ángel Valente, Neruda, Goethe o Edmond Jabés para crear sus poemas escultóricos.

«Tengo las manos de ayer, me faltan las de mañana».

Mientras el escultor se dedicaba a la creación, su mujer Pilar se ocupaba de las relaciones con galerías, museos y clientes, además de pintar. En 1983, la pareja descubre la finca Zabalaga, inmenso parque con un caserío, joya del siglo XVI. Lo compran, salvándolo de la ruina y se embarcan en la creación de su nuevo hogar y Museo Chillida-Leku (Casa Chillida).

Eduardo Chillida

Tuvo una azarosa historia marcada por crisis con el Gobierno vasco hasta cerrarse en 2010. Hoy es gestionado por la galería suiza Hauser & Wirth.

La pareja más influyente del mundo del arte, según “Art Review”, Manuela Hauser e Iwan Wirth, consiguió la exclusiva de la Sucesión y del Museo.

Reabrió en 2019 con Luis Chillida, hijo del escultor, como Presidente de la Fundación Eduardo Chillida y Pilar Belzunce.

Hoy, se cumplen veinte años de la muerte del genial “Arquitecto del vacío”. Admirador de Pablo Picasso y Julio González, su legado brilla más que nunca en el museo que creó él mismo.

Eduardo Chillida

La mayor genialidad de este escultor universal fue su capacidad de crear vanguardia partiendo de lo mas ancestral.
Fue aliado con la palabra en una vida de incesante búsqueda. Su afán por descubrir la etérea esencia de los objetos, en cordial batalla con los materiales, se resume en el verso que tomó prestado del poeta Jorge Guillén:

«Lo profundo es el aire».

Chillida falleció con 78 años en su casa del Monte Igueldo (San Sebastián, 2002), sin culminar su último proyecto: un enorme monumento a la tolerancia en el corazón del Monte Tindaya, Fuerteventura. Su mujer Pilar murió en 2015 en Chillida-Leku. Elegido para perpetuar su legado, el Museo muestra su obra en armónico diálogo con la naturaleza. Allí reposan, bajo un magnolio, las cenizas … polvo enamorado … de la pareja.

Sobre la esquela, publicada en “El Diario Vasco”, apareció un pequeño dibujo que hizo Chillida para Pilar, con este texto:

«En la medida en que soy naturaleza, sigo mi curso como una estrella».

Exposiciones

  • En 1966 tuvo su primera gran muestra retrospectiva en Houston Fine Arts Museum.
  • En 1980 expuso en el Guggenheim New York, el Palacio de Cristal de Madrid y, por primera vez, en el País Vasco: en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
  • Desde 1989 fue miembro de la Academia de Bellas Artes.
  • El Museo Reina Sofía presentó su mayor exposición retrospectiva en 1998.
  • Chillida tiene 50 piezas públicas monumentales y su obra está presente en colecciones y museos de todo el mundo, con casi 500 exposiciones individuales: Guggenheim Bilbao, Jeu de Paume, París, Hermitage, San Petersburgo, Fundación Joan Miró, Barcelona, Mie Prefectural Art Museum, en Tsu-Shi, Japón, el Graphikmuseum Pablo Picasso, Münster, Rijksmuseum, Amsterdam, Somerset Museum…

Premios

  • Medalla de Oro, Bellas Artes
  • Príncipe de Asturias
  • Bienal de Venecia
  • Miembro Honorario, Royal Academy of Arts, Londres
  • Grand Prix des Arts et Letres, Paris
  • Europäischer der Künste, Estrasburgo
  • Fundación Graham, Chicago
  • Carnegie Institute, Pittsburg
  • Praemium Imperiale, Japón
  • Wilhelm Lehmbruck Kandinsky, Kaissering

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