Agnès B. y su sobriedad extrema
Moda & arte. Complejo binomio al que Agnès B. se enfrenta con maestría y combina a las mil maravillas para trasladarnos a un mundo lleno de melancolía.
Hablar de Agnès B. es hacerlo de una diseñadora que atesora a sus espaldas más de cuatro décadas, no solo en el mundo de la moda, sino también en el universo del arte. Convertida en un auténtico mito en la historia reciente de la moda francesa, la elegancia atemporal que ha caracterizado su devenir a lo largo de todos estos años en el mundo de la alta costura es precisamente la que se deja entrever en todas y cada una de las puntadas que dan forma a la nueva colección que nos propone para el próximo otoño-invierno.
La diseñadora originaria de Versalles apuesta por llenar las calles de combinaciones con las que tanto el hombre como la mujer parecen coger sus maletas y trasladarse a un tiempo pasado en el que la sobriedad parece convertirse en claro elemento diferenciador.
Para los próximos meses, Agnès B. apuesta por una clara amalgama de tendencias que, a pesar de la contemporaneidad de las prendas, evocan una época en la que la moda se caracterizaba por un recato que, en ocasiones, podría incluso llegar a parecer desmedido.
Y es que el otoño soñado por la versaillaise pasa por líneas rectas, sin artificios ni ornamentos, que envuelven una figura femenina en la que nada se marca, nada se enseña y nada se insinúa.
Líneas sobrias que se alternan y entrecruzan en una paleta cromática puramente propia de esas tardes de otoño en las que el sol empieza a caer y deja paso a una noche cerrada en la que el color parece estar prohibido.
Patrones que se tiñen de marrones en sus distintas tonalidades, azules marino, negros, verdes y alguna que otra pincelada de un rojo estampado que, a través de otro suave de cuadros, se convierte en el máximo exponente de vida de la colección.
No obstante, la sobriedad no es incompatible con la juventud, por lo que Agnès B. no solo ha alumbrado una colección para una mujer madura, sino que también abre sus puertas a esa savia nueva que busca en épocas pasadas guiños llenos de estilo con los que vestir su día a día.
Digna representante de un prêt-à-porter realista y sin adornos innecesarios, Agnès B. no diseña para un único tipo de mujer, sino que, a través del sinfín de cómodas texturas que emplea en sus diseños, ofrece a múltiples tipos de mujeres la posibilidad de elegir sus diseños para vestir tanto sus largas y tediosas jornadas de trabajo como sus momentos de ocio y diversión.
Así, la virtuosa de la aguja encuentra en la mujer cosmopolita y urbana una de sus clientas más fieles. A ella aporta discreción a través de elegantes conjuntos con los que se sabe suficientemente segura como para caminar sin vacilaciones. Junto a ella, una mujer no menos urbana, pero sí más desenfadada, quizás más amante de la libertad, del dejarse llevar, del sentir y del saborear. Y, con ambas, un perfil de mujer más elegante, que, aunque sin caer en el exceso, cuida más los detalles y busca piezas algo más exclusivas y elegantes con las que triunfar en cualquier rincón de una ciudad que se deja seducir por las luces de neón y la luna más brillante.
Sea como fuere, Agnès B. deja entrever en todos y cada uno de sus diseños esa personalidad arrebatadora que siempre la ha acompañado a lo largo de los años y con la que, irremediablemente, ha impregnado cada una de las colecciones con las que desde varios lustros viste a una mujer decidida a triunfar a pesar de las imposiciones sociales.