LA OPULENCIA MEDIEVAL DE ZUHAIR MURAD
Todo al negro. O casi todo. Y es que Zuhair Murad se aleja de la explosión de color a la que nos tiene acostumbrados y se deja seducir por la tonalidad propia del reino nocturno. ¿Lo conseguirá?
Los colores vibrantes y saturados siempre han estado presentes, de una u otra forma, en las creaciones firmadas por el diseñador de moda libanés.
En esta ocasión, Murad ha querido dar un giro de 180 grados y convertir el negro en el epicentro de sus desvelos. Así, se deja seducir y abrazar por un color propio de las noches en las que el misterio se apodera de sus protagonistas.
Noches salpicadas de estrellas centelleantes que zuhair murad encuentra reflejadas en exclusivos y elegantes bordados y que llegan a convertirse en espectaculares puntos de luz que parecen irradiados por quien los porta.
Zuhair murad da forma, a través de esta nueva colección, a un reino misterioso en el que las prendas nacen de patrones exquisitos.
Patrones cuidadosamente elaborados de los que nacen prendas confeccionadas para el deleite de los sentidos más exigentes. Estos patrones alumbran vestidos a los que el diseñador de alta costura da vida con encajes y bordados impresionantes, como faldas de suaves y flexibles texturas que, a través de aberturas imposibles, se convierten en piezas clave en el juego de la seducción más sensual.
Murad salpica todas y cada una de sus creaciones de detalles que, como las plumas, envuelven con suma gracia el cuerpo femenino convirtiendo cada pieza en símbolo claro de la exclusividad y la sofisticación.
Contornos perfectamente definidos se alternan con volúmenes fascinantes que acentúan el encanto del cuerpo femenino moldeándolo magistralmente y ensalzando su belleza más sensual.
Todo en esta colección emana un aura de opulencia medieval que no deja indiferente a nadie, combinando elementos góticos con un estilo claramente moderno y contemporáneo.
Zuhair Murad lo ha vuelto a hacer, en esta ocasión, a través de una paleta de colores en la que el negro magnético se convierte en el rey impregnando cada pieza, convirtiéndose en la esencia misma de la seducción. una seducción que encuentra en otras tonalidades como el rojo, el plateado, el azul o el morado ese haz de luz perfecto para alumbrar las tenues noches de otoño que están por llegar.