Sargent, pintor de la moda
Una nueva exposición en el Museo de Bellas Artes de Boston revela que el artista no sólo tenía buen ojo para sus modelos, sino también una exquisita fascinación por la moda.
El pintor americano Sargent es conocido por sus lujosos retratos de personajes glamurosos de su tiempo: damas, actrices famosas, políticos ilustres, coleccionistas de arte…
John Singer Sargent (1856-1925), nació en Florencia de padres americanos. Su enfoque europeo del retrato tiene sus raíces en su formación parisina. Vivió a caballo entre Europa y America: Italia, Suiza, Alemania, Inglaterra, Nueva York… Hablaba cinco idiomas y tocaba el piano.
Sentía una profunda afinidad con el holandés Frans Hals y el español Velázquez. A diferencia de los maestros que le inspiraron, Sargent pudo aprovechar los nuevos y brillantes pigmentos químicos de finales del siglo XIX, que dieron a sus pinturas una paleta deslumbrante. Fue un prestigioso colorista.
En sus cuadros, los modelos adoptan posturas de gran elegancia. La tela de sus vestidos está ricamente plasmada con coloridas pinceladas amplias y sensuales.
Sargent iba más allá del simple retrato. Elegía la vestimenta de sus modelos. En su estudio, simplificaba y alteraba detalles. Sus retoques de ropa y pose, eran parte integral de cada cuadro.
La muestra trata no sólo de la capacidad para representar un modelo. Los verdaderos temas son la moda, el estilo y la psicología proyectada por los protagonistas.
Su destreza es asombrosa. En sus manos, una capa de noche, como la de Aline Rothschild, parece una veta de carbón pintada por Velázquez.
Un largo collar de perlas se desliza por el voluminoso vestido rosa pálido como una cascada reluciente vista desde un globo aerostático.
La bata carmesí de un apuesto médico, sobre una cortina de terciopelo rojo, inunda con la intensidad cromática de un decorado de Matisse.
Los volantes del vestido negro son como una enredadera en flor pintada con el brío de una naturaleza muerta de Manet.
Los dedos de madre e hija se hunden en satén, reflejando una luz opalescente en una maraña de pinceladas.
La exposición nos desvela a un pintor talentoso que disfruta con formas, texturas y coloridos vestidos de seda, terciopelo y organza, sombreros y plumas.
Auguste Rodin describió a Sargent como “el Van Dyck de su tiempo”. Fue un virtuoso que nos invita a mirar a la tradición, en lugar de hacia adelante. Encarna una tradición retratista que alcanzó su punto máximo en el siglo XVII.
Su pincelada recuerda las manos de Rubens, Velázquez y Frans Hals, y a los de su propio siglo, como Delacroix y Manet.
Sargent amaba la ropa y tenía buen ojo para la moda.
John Rockefeller y los Presidentes Wilson y Roosevelt fueron sus clientes, retratados por encargo. Aunque obtuvo excelente reputación, también fue denigrado como superficial.
Encontró como elevar el arte de la adulación social hacia algo sorprendente, sutil y tierno. Hay cierta belleza salvaje en el virtuosismo de Sargent.
El artista fue acusado de frivolidad como retratista de sociedad sirviente de vanidades de sus súbditos de élite. Las críticas se centraban en su exagerado gusto por la moda.
El escritor Lawrence ridiculizó sus obras:
Nada más que metros y metros de satén de las tiendas más caras, con una bonita cabeza apoyada en la parte superior.
Puedes sacar a Sargent de la moda, pero no puedes quitarle la moda a Sargent.
Su éxito fue poco a poco olvidado, primero por la invención de la fotografía y luego, dramáticamente, por la Primera Guerra Mundial. Sus retratos quedaron relegados, emisarios de un mundo caduco, privilegiado y ajeno a la realidad. Pero Sargent murió en 1925 y ahora le revisamos, un siglo después.
Se necesita más imaginación para comprender lo que pintaban Piet Mondrian y Kazimir Malevich que para captar el impulso de elevación de estatus que subyace tras los retratos de Sargent. Concuerdan naturalmente con el retrato contemporáneo y comparten la arrogancia del hip-hop, los selfies de Instagram, las travesuras de la jet-set y la ostentación de riqueza de los millonarios de hoy.
Las pinceladas líquidas y deslizantes de Sargent son una de las glorias del arte mundial. Fue un gran colorista.
Hay pinturas que te dejan sin aliento. Un retrato hipnótico y sensual es “Lady Agnew” que convirtió a Sargent en el principal retratista de Inglaterra.
Sargent fue un pintor tonal, no un impresionista. Su pincelada no se guiaba por discretas manchas de color en condiciones de luz uniformes, sino por gradaciones de luz y oscuridad.
Sargent adoraba los rojos y burdeos. También entendió la complejidad del blanco y negro. La riqueza de los negros, por ejemplo, en el vestido escotado de “Madame X” (Amélie Gautreau). Representa la moda y el poder. Su negrura es tan crucial como su pose audaz y escultórica.
Hoy nos parece majestuosa, pero la pintura escandalizó a los parisinos. La consideraban vulgar y llamativa, especialmente por el tirante deslizándose del hombro. Sargent dejó que la simplicidad de la silueta ceñida del vestido negro hablara por sí misma, prescindiendo del obligado polisón.
Transformó su modelo en una obra de escultura clásica. Fue tan criticada que Sargent abandonó Paris y pensó dedicarse al piano.
Otra obra atrevida es su mejor pintura de modelo masculino: “Dr. Pozzi ” del Hammer Museum de Los Angeles. El ginecólogo playboy parisino, mira desafiante, vistiendo un exuberante batín rojo carmesí.
El célebre retratista daba forma a los estilos de sus personajes. Sus pinceles hicieron el resto. La creación de imágenes rara vez tiene éxito si se limita a proyección de poder. Empieza a atraer cuando comunica cualidades más transitorias, como indiferencia, aburrimiento o rebelión. Son cualidades que se perciben en estos cuadros.
La clave de Sargent es que nos sumerge en las entrañas de la esencia del retrato.
La exposición, organizada por Erica Hirshler, viajará de Boston a Londres. Se exhiben 50 pinturas, mas accesorios de época: maniquís con vestidos, chales, sombreros y abanicos.
Fashioned by Sargent
- Museum of Fine Arts
- Boston
- 8 oct.-15 enero, 2024
- Tate Gallery Britain
- Londres
- 22 feb.-7 julio, 2024