Manet Degas

MANET - DEGAS, FROM PARIS TO NEW YORK

Maria de Juan

Pintores clave del Impresionismo Francés, tuvieron una relación intensa y tormentosa, digna de una novela: fueron amigos, cómplices, rivales y enemigos.

Su intensa y contradictoria amistad, giraba entre la admiración y la indignación. Una exposición única de dos genios a ambos lados del Atlántico: “Manet – Degas” procedente del Musée d’Orsay de Paris (marzo-julio 2023), viaja al Metropolitan Museum de Nueva York (sep. 2023-enero 2024).

Con solo dos años de diferencia, Edouard Manet (1832–1883) y Edgar Degas (1834–1917) fueron amigos íntimos y antagonistas. 150 pinturas y obras sobre papel, nos ofrecen una nueva mirada.

Sus autorretratos no se habían mostrado en décadas, como si fueran obra de Dorian Gray, no envilecidos, simplemente congelados en el tiempo para evitar nuevas rencillas. Tuvieron una relación misteriosa, pues apenas se conservan documentos o cartas que nos den luz.

Se conocieron en el Musée du Louvre, frente a un Velázquez: La infanta Margarita. Manet se fijó en Degas, que copiaba el cuadro y se presentó, diciéndole que el también era pintor.

Edouard Manet -almuerzo sobre la hierba (1863)
Edouard Manet – Almuerzo sobre la hierba (1863)

Nacieron en Paris en ambientes similares. Una privilegiada condición social determinará sus vidas y sus obras. Manet, de familia de la alta burguesía y Degas, aristocrática.

Manet era nieto de diplomático y su padre trabajaba en el Ministerio de Justicia. Su tío materno le enseñó arte, introduciéndole al dibujo y al Museo del Louvre. Su padre quería que estudiara Derecho. Para evitarlo el joven intentó ingresar en la Academia Naval. Suspendió pero su deseo de navegar era tan grande que se alistó en un buque mercante y viajó hasta Rio de Janeiro. Volvió a Paris, confirmando su sueño de convertirse en pintor.

Degas, inició sus estudios de Derecho, pero pronto se dedicó a pintar gracias a la desahogada economía familiar y al beneplácito de su padre, cuya cultura y sensibilidad artística, fue clave en su vida. Fue alumno de Louis Lamothe, seguidor de Ingres y en Ecole des Beaux Arts de Paris.

El origen aristócrata de Degas le permitió conocer colecciones de arte de la clase alta parisina. Se formó en la tradición clásica, como autodidacta, viajando por toda Europa.

En Florencia, en casa de su tío, el Barón Bellelli, Degas tuvo acceso a pinturas originales de Botticelli, Rafael Sanzio, Mantegna, Ghirlandaio…

Edgar Degas - Ballet en la Ópera de París
Edgar Degas – Ballet en la Ópera de París

Su padre organizaba, en su propio domicilio, veladas musicales. Al joven le fascinaba la música, el baile y el teatro, los temas favoritos que inspiraron sus cuadros.

Manet también completó su formación viajando a Italia, Holanda, Alemania y Austria, donde copiaba a los grandes maestros. Visitó España, encandilado por sus costumbres, folclore y el mundo del toro. Su pasión por lo español, su visita al Museo del Prado y su admiración por Goya y Velázquez, influyeron profundamente en su pintura.

Coincidió con Degas, ambos alumnos en la Escuela de Bellas Artes. Manet copió sin descanso, escogiendo cuadros
del Renacimiento y sus favoritos: Velazquez, Rubens, Tiziano y Franz Hals.

Ambos jovenes fueron llamados a filas y lucharon en el frente de la Guerra Franco-Prusiana. Degas regresó a Paris y frecuentó el Ballet de la Opera, pintando sus míticas bailarinas.

Edgar Degas - el desfile o los caballos de carrera
Edgar Degas – el desfile o los caballos de carrera

Participó en la primera Exposición Impresionista donde sus cuadros fueron aplaudidos por su perfecto dominio del dibujo, entendido como un análisis de la realidad.

Manet empezó muy diferente: pintaba temas de género, mendigos, pícaros, personajes de cafés, escenas taurinas y españolas como Guitarrista o Lola de Valencia. Fue incorporando escenas de la vida parisina, como Música en las Tullerías. Se casó con la holandesa Suzanne Leenhooff, su profesora de piano. Llevaban años conviviendo y tenían un hijo, Léon Edouard Köella.

Degas perdió a su madre con trece años. No se casó nunca y no se le conoce relación amorosa. Hubiera sufrido durante toda mi vida el temor de que mi esposa dijera sobre mi pintura: “Te ha quedado bonita”.

Édouard Manet - La esposa
Édouard Manet – La esposa

Era un joven tímido, sensible y retraído, con gran vida interior y dificultad para relacionarse. Como Van Gogh, podríamos psicoanalizarle con su serie de Autorretratos (1854- 1858), influenciados por el clasicismo de Ingres.

Manet tuvo fascinación por el desnudo femenino, escandalizando todo Paris.

En su primera exposición mostró dos obras explosivas para la época: Almuerzo sobre la hierba, un picnic con una mujer desnuda, acompañada de dos hombres vestidos. Fue duramente atacado por la crítica. Su famoso lienzo, fue rechazado por el Salón de Paris pero expuesto en el Salón des Refusés.

Edgar Degas - la familia Bellelli
Edgar Degas – la familia Bellelli

Después presentó otro cuadro provocando un escándalo mayor: Olympia, un desnudo retratando a una conocida prostituta como si fuera la Venus de Tiziano.

«Cada nueva pintura es como tirarse al agua sin saber nadar».

Emile Zola salió en defensa de su arte en el periódico Figaro. También le apoyaron pintores impresionistas: Degas, Claude Monet, Auguste Renoir, Alfred Sisley y Camille Pissarro.

Manet pintó Bar de Folies-Bergére (Courtauld Institute Galleries, Londres) y La amazona (Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid). Finalmente, el Ministro de Bellas Artes, le concedió la Legión de Honor.

Su muerte prematura, con 51 años, impresionó profundamente a Degas (1883). Al morir Manet, Degas se dedicó a buscar y recomprar muchas obras de su amigo y rival. Incluso, se planteó crear un Museo Manet.

Sólo entonces afirmó: «Manet era más grande de lo que se pensaba».

Édouard Manet - el balcón
Édouard Manet – el balcón

Fue un reconocimiento póstumo, casi “taurino”. Su rivalidad artística, se convirtió en una amistad total, quizá demasiado tarde.

Ambos fueron extraordinariamente prolíficos. Manet dejó un legado con 400 lienzos, pasteles, bocetos, acuarelas… actualmente en los mejores museos del mundo. Su estilo pictórico influenció a muchos artistas posteriores.

Degas creó pinturas, dibujos, pasteles, aguafuertes, grabados y esculturas en barro y bronce. Durante sus 60 años de carrera, sus temas recurrentes fueron bailarinas, desnudos y caballos.

Aprendió de los artistas del pasado y de sus contemporáneos. Fue profundamente influenciado por los Románticos Ingres, Delacroix y el impresionista Paul Cézanne.

Probó todas las técnicas en un proceso de exploración constante. Degas inventó un pigmento aceitoso, “l’essence”: mezcla de color con aceite y disolvente de pintura. Pero su contribución vital al arte fueron sus originales composiciones, cortando escenas e incluso las figuras. Se inspiró en los primeros grabados japoneses que comenzaron a llegar a Paris y crearon una moda decorativa llamada «Japonisme».

«No hay líneas en la naturaleza, solo áreas de color, una contra otra».

Edouard Manet - Nana
Edouard Manet – Nana

Varias parejas de obras, muestran paralelismos como mujeres solitarias en Cafés: Bebedora de absenta de Degas (Musée d’Orsay), Brandy de ciruela de Manet (National Gallery, Washington), y escenas del Hipódromo: Longchamp de Manet (Chicago Art Institute) y Carreras de Degas (Musée d’Orsay). Se expone una obra que fue cortada en pedazos y dispersada tras la muerte de Manet. Degas consiguió comprar los trozos y restaurarla: Fusilamiento de Maximiliano (National Gallery, Londres).

Hay dos retratos de Degas: Familia Bellelli y El Matrimonio Manet (Museo Kitakyushu, Japón). Fue su regalo para la pareja aunque Manet cortó el lienzo pues no le gustó como Degas pintó a su mujer. Este se lo llevó enojado, lo que marcó el punto inicial de ruptura de su amistad.

Manet, fue el menos impresionista de los impresionistas, obsesionado por la fama y éxito, abrumado
por inseguridades, reflejó sus impresiones políticas en sus obras, algo que nunca hizo Degas.

Era otra provocación mas a su creciente rivalidad inevitable. Sus personalidades artísticas eran tan fuertes que finalmente chocaron.

Tuvieron una relación muy intima, admirándose, envidiándose, enfadándose… como Matisse y Picasso harían años después.

Se espiaban mutuamente y esta conexión impulsó enormemente su producción artística.

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