Issey Miyake apuesta por una peculiar artesanía de antaño.
En un mundo en el que parecemos vivir por y para la tecnología, Issey Miyake irrumpe dando su particular visión de la moda a través de las propuestas más artesanales.
El afamado diseñador japonés busca rememorar la artesanía más pura a través de una colección que, sin embargo, poco o nada tiene que ver con la tradición. Y es que Issey Miyake propone a la mujer un nuevo tejido para dar rienda suelta a su creatividad más exótica y sofisticada.
Sabiéndose poseedor del éxito aplicando la máxima de «menos es más», Miyake se muestra decidido a envolver las curvas femeninas en Dough Dough, una tela aparentemente rígida que no solo se adapta al cuerpo femenino como un guante, sino que permite jugar con formas y creaciones que poco o nada tienen que ver en su origen.
Innovación que permite a Issey Miyake crear piezas llenas de volumen y movimiento que hacen a la mujer pisar con fuerza en una sociedad demasiado encorsetada en hábitos que nos hacer perder la naturalidad de tiempos pasados.
Conjuntos asimétricos en colores llenos de luminosidad que se alzan como la alternativa perfecta para las soleadas tardes de la próxima temporada primavera-verano.
Blancos, ocres, morados y azules dan color al cuerpo de una mujer transformada en el lienzo perfecto a través del que dar a conocer esa artesanía inédita e histórica que solo la memoria es capaz de mantener viva y que Issey Miyake consigue plasmar para asombro y perplejidad de los amantes de la modernidad más contemporánea.