El alma eterna de Yayoi Kusama
¿Qué hay de nuevo en Tokyo?
Obsesionada con lunares durante 80 años, Kusama los ha convertido en su marca personal … ¡y su psicoterapia!
Artista veterana del Pop japonés abre su propio museo en Tokio. Con sólo 10 años, Kusama tuvo su primer contacto con puntos y lunares, pues sufría alucinaciones pobladas por círculos sin fin.
A los 88 años, desde el centro psiquiátrico donde vive, continúa buscando formas de expresarlos: jarrones, paredes, personas desnudas… El mundo es su lienzo favorito para transmitir conceptos como infinito o sexualidad creando imágenes repetitivas. Un libro de su obra, recién publicado por Phaidon Press, nos ayuda a entender su arte.
La personalidad de Yayoi Kusama se forjó en los traumas de la infancia: madre abusiva, padre infiel, adolescencia en la oscuridad de una fábrica de paracaídas, bajo las bombas de la II Guerra Mundial.
A los 25 años, decidió que Japón era demasiado conservador. En Nueva York recibió los aplausos que necesitaba. Georgia O’Keeffe amaba su arte, único y liberador.
Yayoi Kusama se convirtió en ícono Pop. Imaginó juegos de espejos infinitos al servicio de marcas como Louis Vuitton, Coca-Cola o BMW, y escribió poesía por si alguien aún no la entendía.
Hoy, en una silla de ruedas, con creatividad efervescente, se siente feliz de tener su propio espacio en un Japón que, por fin, celebra su arte.
El Museo Yayoi Kusama inauguró la exposición “Mi alma eterna” en octubre 2017, con entradas agotadas todo un año. Diseñado por el arquitecto japonés Kume Sekkei, es un edificio llamativo pero minimalista. ¡Hasta los baños cubiertos de lunares!
Las instalaciones de Kusama son lugares mágicos, propuestas de matrimonios artísticos. La larga historia de Kusama, creadora de obras visualmente provocativas, abarca diversos medios: pintura, performance, cine, escultura, instalaciones… expuestas por todo el mundo.
Yayoi Kusama brinda a amantes del arte global, la oportunidad de interactuar con su mundo de alucinaciones donde se funden la realidad y la ilusión.