Antonio Ortega y su deseo por las formas urbanas
Curvas sinuosas y líneas rectas envuelven extravagantes formas del art nouveau que busca en el futurismo urbano el rincón perfecto para la mujer del siglo xxi.
Siluetas talladas en seda y tul convierten a Antonio Ortega en un artista futurista que poco o nada tiene que envidiar a los visionarios de hace solo unas décadas. Y es que el diseñador mexicano-canadiense apuesta por modernas combinaciones propias de una mujer urbana y valiente que desafía el paso del tiempo y que encuentra en volúmenes imposibles su mejor arma de seducción.
Antonio Ortega perfila así una silueta femenina ansiosa de aventura que no siente miedo de desafiar y enfrentarse a las miradas más críticas al combinar materiales tradicionales con texturas propias de tendencias más novedosas y futuristas, que se hacen un hueco en la urbe más cosmopolita.
Extravagancia en tonalidades amarillas y fucsias tiende su mano a colores más sobrios como el gris, el burdeos y el negro, que encuentran en plumas, tules, drapeados y alguna que otra transparencia una reminiscencia clara al trabajo más puro de Antonio Gaudí. Superposiciones inusuales a través de contrastres extremos son el material con el que Ortega compone una auténtica oda a la vida más loca y atrevida.