Hilma af Klint, la primera pintora abstracta
La pintora sueca murió hace casi ocho décadas en una relativo anonimato, algo que resulta difícil imaginar viendo su actual éxito. Sus pinturas, obras maestras vívidas, de gran tamaño, imbuidas de misticismo y simbolismo, parecen asombrosamente contemporáneas.
Hilma af Klint nació y murió en Estocolmo (1862-1944). Su obra no salió a la luz hasta 1987, en una exposición pionera titulada Lo espiritual en el arte en Los Angeles County Museum, organizada por Maurice Tuchman.
El último deseo de Hilma fue que el trabajo de su vida, más de 1000 pinturas y dibujos, fuera ocultado durante 20 años tras su muerte. El mundo no estaba preparado para su obra y ella lo sabía.
¿Qué escondía? Nada menos que un plan de sanación espiritual para la raza humana, dictado por voces espirituales, seres bidimensionales, que ella contactaba en sesiones como médium.
Hilma era miembro de un grupo de mujeres, Las Cinco. Documentaron sus comunicaciones con sus “maestros” con dibujos y pinturas automáticos. Su obra es sorprendentemente contemporánea.
Se adelantó incluso a Kandinsky. Hoy es considerada la primera artista puramente abstracta. Hilma interpretó su arte como una vocación espiritual, sobrecargada de significado en una forma que sus contemporáneos lucharon por comprender. Sin saberlo, fue una auténtica pionera de la pintura abstracta.
Fue una artista visionaria, con visión de futuro, que exploró las posibilidades expresivas de la abstracción, décadas antes de que comenzara el movimiento del Expresionismo Abstracto tras la Segunda Guerra Mundial. Pero aún más deslumbrante que descubrir a una pionera desconocida por la historia, son sus obras de arte.
La artista abstracta sueca que conversaba con los muertos era una mujer adelantada en el tiempo. ¿Quién diría que simples colores y formas podrían transmitir tanto fervor espiritual?
Las voces que escuchaba en su cabeza le dijeron que se convertiría en una gran artista. No se equivocaban.
Hilma fue inusual desde niña. Creció en la austera Suecia luterana y estudió arte en la universidad, rara hazaña para una mujer. Menos común fue su insistencia en ejercer como profesional tras graduarse. En una sociedad y un mundo del arte extremadamente misóginos, solo se aceptaba una carrera convencional pintando retratos.
En 1906, Hilma comenzó a recibir mensajes de otro mundo y su vida se vio alterada para siempre. Sus visiones le explicaban que pintara para gente del futuro. Así comenzó la creación de una extraordinaria serie de 1.200 pinturas, hasta su muerte en 1944.
Con extraordinaria sutileza cromática, su obra sigue siendo novedosa, un siglo después. El mundo del arte tardó mucho en valorar a esta visionaria sueca.
Su biografía, por Voss, se publicó en Alemania (2020). El autor es un historiador de arte galardonado, editor del Frankfurter Allgemeine Zeitung. Aprendió sueco para descifrar un enorme archivo y descifrar la misteriosa historia de vida.
Hilma socializó y colaboró con otras mujeres visionarias, artistas y escritoras, todas involucradas con las nuevas filosofías que arrasan en Europa: espiritismo, Rosacruces y Teosofía.
Combinando psicología, cristianismo, budismo, fantasía histórica y ciencia ficción, los ideales de la Nueva Era fueron increíblemente populares entre mujeres educadas. Usaron esas ideologías para labrarse nuevos nichos sociales fuera de las restricciones sofocantes de la iglesia y la familia.
Bajo la dirección de médiums experimentados, recibió mensajes a un ritmo asombroso. Sus visiones hablaban de pasados secretos y de un futuro luminoso e igualitario.
En este ambiente de soñadores, Hilma encontró amigos, aliados y amantes. Como todo en su vida, sus relaciones intimas con hombres y mujeres, fueron secretas, intensas y llenas de significado sobrenatural.
Se concebía a sí misma como una mezcla de dos espíritus: el hombre, Asket y la mujer, Vestal. Experimentó encuentros sexuales más allá de las relaciones de género.
Fue marginada por artistas masculinos y luchó por preservar su pintura, viviendo en un anonimato casi total. Se sintió animada por su confianza en si misma. Su vida, como su arte, fue audaz, colorida e independiente.
Fue una auténtica adelantada a su tiempo y quizás también al nuestro. Lo fascinante no es solo que Hilma escuchara voces en un siglo pleno de corrientes espirituales. Lo increíble, es que esas voces no se equivocaban.
Combinó la abstracción con el espiritismo para crear un estilo artístico único muy anterior a otros pintores abstractos. Su arte fue tan revolucionario que no quiso mostrarlo por temor a no ser entendida. Incluso indicó en su testamento que nada se expusiera públicamente hasta 25 años pasada su muerte. Pensaba que el mundo no estaba preparado para comprender sus «pinturas del futuro».
El arte no objetivo nunca había existido. Y menos aún, de una mujer. Para ellas era casi imposible ser artistas, estudiar con los maestros o ser miembros de las academias en Europa, exclusivas para hombres. Las mujeres no tenían acceso a estudiar bellas artes. Incluso esposas y amantes de reconocidos artistas fueron vetadas de concursos oficiales.
Hasta hace poco, Hilma había sido ignorada. Pero una retrospectiva en el Guggenheim Museum de Nueva York, Más allá de lovisible (2019) desveló su increíble obra. Hay otra exposición, Éxtasis sueco en el Beaux Arts Centre, BOZAR, en Bruselas (febrero-mayo 2023).
Una tercera muestra, en la Tate Modern de Londres, reúne a la sueca Hilma af Klint con el holandés Piet Mondrian. Permite admirar sus distintivas contribuciones a la abstracción, su interés compartido por las creencias esotéricas y su profundo compromiso con la naturaleza. La muestra, organizada por Bryony Fer, viajará posteriormente de Inglaterra al Kunstmuseum den Haag, Holanda.
Conocemos sus nombres, Kandinsky, Mondrian, Klee, Miró… La historia del arte los ha grabado como los revolucionarios del siglo XX que eliminaron objetos reconocibles de su arte hasta el punto de ser totalmente no objetivos. Tienen en común que todos eran hombres. Pero esta artista femenina creó arte abstracto mucho antes que cualquiera de ellos.
Finalmente, el mundo ha descubierto el alucinante arte de Hilma af Klint. Ella debe estar sonriendo en el cielo.
“Klint y Mondrian, Formas de Vida”
- Tate Modern,
- Londres,
- 20 abril ~ 3 septiembre, 2023
- Kunstmuseum den Haag,
- La Haya,
- 7 octubre ~ 25 febrero, 2024