Chagall, un grito de libertad
Una exposición en Fundación Mapfre nos muestra nuevas facetas de Chagall. El pintor onírico cautiva nuestros ojos con exuberantes colores, entrañables animales antropomorfos, hombres voladores y pueblos de cuento para niños.
Durante décadas los sueños de Chagall fueron también pesadillas. Su inconfundible paleta le sirvió para representar el fuego y la oscuridad que asolaban a la humanidad.
Si creo desde el corazón, casi todo funciona, si lo hago desde la cabeza, casi nada.
Puso su arte al servicio de la causa judía. Renovó la iconografía yidish, reinterpretó la historia sagrada, diseñó las vidrieras del hospital de Jerusalén y creó los mosaicos y tapices del parlamento israelí. También pintó los techos de la Opera de Paris.
Chagall fue un pintor y artista gráfico de origen ruso-francés, conocido por su estilo original y su imaginación poética. Es considerado uno de los artistas más destacados del siglo XX. Desde muy joven, mostró un gran talento hacia el arte y recibió su primera formación en San Petersburgo.
En 1910, se trasladó a París, donde entró en contacto con las vanguardias artísticas de la época, como el Cubismo y el Surrealismo.
Aunque su estilo se vio influenciado por estas corrientes, su obra está plagada de imágenes oníricas y fantásticas que reflejan su imaginación y sus raíces judías.
El gran arte comienza donde termina la naturaleza.
Pintó una amplia variedad de temas: bíblicos, mitológicos, retratos, paisajes y escenas de la vida cotidiana. Su arte tiene ese aire de inocencia y alegría del arte popular.
Chagall desarrolló un lenguaje visual único y personal combinando elementos surrealistas, simbólicos y folclóricos. Creó su propio universo.
A lo largo de su vida, experimentó los acontecimientos más traumáticos del siglo XX. Por encima de su drama, el inventó su propio mundo. Dos guerras mundiales, le obligaron a experimentar el desarraigo y la migración, que refleja en algunas de las figuras que habitan sus pinturas.
Sin embargo, el expresa con sus pinceles su profunda fe en la armonía y la paz universal.
Un Chagall inédito, menos onírico, llega a la Fundación Mapfre en Madrid. Es una colaboración con el Museo Chagall de Niza y el Museo La-Piscine, de Roubaix (Francia).
Con un recorrido ordenado de manera cronológica, las salas acogen 160 obras y 90 documentos, muchos inéditos, procedentes del Archivo Marc e Ida Chagall. Destacan algunas obras claves en la trayectoria del artista como El violinista verde.
El encanto irresistible de la obra de Chagall es un arma de doble filo. Puede envolver al espectador y alejarle de los motivos que inspiraron al pintor.
Sus cuadros nos descubren nuevas facetas. Nos inspiran a revisar la imagen del pintor onírico y cándido. Esta muestra lo revela, no como soñador apolítico, sino profundamente comprometido con el ser humano, preocupado por su tiempo.
El arte como estado del alma
El artista soñador declaró que el arte es un estado del alma. Murió hace 25 años, con 97. Fue una larga vida para un artista que disfrutó del triunfo profesional pero antes padeció hambre y terror en la Rusia imperialista y soviética y después en el Paris de las vanguardias.
Oníricos caballos verdes, cabras azules, parejas que flotan por la habitación y vuelan por la ventana, judíos errantes y paisajes llenos de nieve, nos recuerdan su infancia remota y olvidada.
Sed de estabilidad.
Para él, los artistas bohemios sufren «una sola enfermedad: la sed de estabilidad”. La suya fue una infancia de “niño tartamudo y pan sin mantequilla”. Así lo escribió en su libro “Ma vie” (Mi vida, Editorial Acantilado). Su historia es una biografía de guerras, revoluciones y exilios. El texto fue publicado en 1931, traducido del ruso al francés por Bella Chagall, su musa y esposa.
Los lienzos son ventanas a un mundo imaginario.
Ventanas, que menciona constantemente en su libro, desde donde observó el mundo desde su infancia. Chagall contó poéticamente cómo transcurrió su vida desde su nacimiento (“yo nací muerto”) hasta su juventud. Su familia, muy humilde, vivía en un pueblito, Vitebsk, en la Rusia zarista (hoy Bielorrusia).
Eran ocho niños y tuvo infinitas dificultades para ser pintor. Unicamente su madre comprendió su talento. La influencia que ella proyectó sólo era comparable a su admiración por Rembrandt. Esta historia personal es básica para entender la gran carga simbólica de su obra.
Se le califica de artista Surrealista por la traslación de sus sueños a sus lienzos y de Expresionista por su empleo de colores primarios: rabinos verdes, judíos rojos, casas verdes o azules…
El judío soñador que sobrevoló el infierno
Sus pinturas irradian entusiasmo y optimismo a pesar de sus dramáticas vivencias. Chagall vivió activamente el convulso periodo de la Primera Guerra Mundial, la dictadura socialista rusa y el nazismo en Europa. Visitó Palestina y contribuyó al proyecto sionista (1931). Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial decidió permanecer en Francia.
Logró escapar in extremis cuando Francia le desnacionalizó retirándole su pasaporte (1941). Con su esposa Bella y su hija, huyeron a Estados Unidos vía Lisboa. Desde Nueva York asistió a la destrucción de Europa y al exterminio del pueblo judío. Como Goya, pintó sus propios “desastres de la guerra”.
Al quedarse viudo, cayó en depresión. Su madre le animó para casarse con Virginia Haggard de 30 años (el tenía 57). Ella le devolvió la alegría de vivir y le dió un nuevo hijo.
Regresaron a Francia y vivieron en St.Paul-de-Vence, hasta su muerte, casi centenario (1985). Se calcula que creó más de 10.000 obras entre pinturas, grabados, cerámicas, esculturas y vidrieras. Sus vibrantes coloridos y su capacidad para crear composiciones poéticas le convirtieron en uno de los grandes maestros del arte moderno.
Se aleja tanto de la realidad, con su magia y su lirismo, que es considerado el mas poeta de los pintores.
Esta es la retrospectiva más importante dedicada al pintor ruso en España desde la del Museo Thyssen (2012).
También recordamos otra exposición en Mapfre:
“Chagall – Malévich» (1919).
Chagall, un grito de libertad
- Fundación Mapfre
- Febrero-Mayo 2024
- Museo Chagall de Niza
- Verano 2024
